jueves, 20 de agosto de 2009

Suerte Semana Agosto 2009

Mar, amigos, risas al por mayor y con sonidos raros, comidas explosivas, algodón, jarra de margarita, alcohol, miles y miles de fotoscallejeras, playa, mates, conversaciones sin sentido, reggaeton, frío, mini llovizna, gente nueva, ruta cortada, desvío, autos, mac donalds, sadwich de miga, chocolates de a 100.
Lomito completo, habano roto, speed de $9, auto sucio, auto limpio, auto sucio de nuevo.
Historias de hemorroides, hongos, chamanes y duendes que te hacen masajes en los pies. Una gallega con voz de pelotuda y una docena de churros. Cerveza, cerveza y una mina que te dice que no bailes en el lugar de ella. Un gato con remera trasparente y Michael Jackson resucitado en el cuerpo de un flogger. Carnavalito Dance.
Zapatillos, istetino, gabardino, garbarina. Cucharita

Hasta ahí venía todo bien. Era una semana hermosa. Nada podía estar mejor.
Pero algún copado no tuvo la mejor idea que mandar al elefante más grandote a hacer sus necesidades sobre mi cabeza.

Un poco de mala racha la puede tener cualquiera. Pensé que era sólo eso. Que todo iba a cambiar repentinamente.

Pero fue entonces donde comenzaron a ocurrir los hechos lastimosos.

Se me rompió el calefón. Conseguí un gasista con nombre de dios egipcio que me dijo que no había problema, que pasaba a mirarlo porque seguramente era cuestión de segundos.
Le dije que no prendía, que seguramente era el diafragma. Pretendiendo ser un erudito en el tema.

-“Flaco, ¿vos sabés que estás vivo de pedo? ¿Sabés posta que estás vivo de pedo? Tenés una pérdida del 80% de monóxido de carbono, flaco. Y vos sabrás que el monóxido es mortal. Menos mal que siempre dejaste esa ventanita abierta. Porque si estaba cerrada te cagabas muriendo. Y es así, no te exagero. ¡¿7 años hace que este calefón está así?! Ah, pero vos estás loco. Claro. Bueno, repararlo puedo. Pero ni te conviene. Porque te saldría un montón de guita y además necesitas un tiro balanceado”

Ok. Ahí vamos. Derecho a comprar el tiro balanceado.
Amablemente el señor de la tienda me lo dejó sacar en módicas cuotas.
Pero lo que aún no sabía era que el gasista me iba a cobrar medio sueldo en instalación y etcéteras.

Calefón arreglado, corazón contento –pensé- y no tuve mejor idea que lavar la suerte de alquitrán con mezcla de pasto que se encontraba debajo de mi zapatilla. Para esto tuve que salir al lavadero. Y al entrar: ¡Oh, sorpresa!
Misteriosamente el vidrio de la puerta estalló en veinte mil pedacitos, todos acosando contra mi integridad física. En mayor parte a mi cara, que por alguna extraña cualidad, salió ilesa.
Era tarde para llamar al señor repara vidrios, por lo que decidí únicamente cubrir el gran espacio con un cartón y mucha cinta.

Se termina todo ¿ok?
¡Error! Esto siguió.

La heladera cobró vida y su puerta dijo basta. Al piso. Cayó desmoronada, se rompieron huevos. Y cada vez que ahora quito la puerta para sacar algo frío se me rompe un huevo. Siempre. Porque están ahí, esperando ser rotos.

La semana tranquila, gracias.

El insomnio me persigue y he dormido algo así como 12 horas en la última semana, por lo que se me hace difícil mantenerme despierto durante el día.
Ayer mantuve una conversación telefónica dormido. Hay testigos. Y pude despertarme cuando el ruido del teléfono osó molestarme al caer bruscamente al piso.

La casa ahora hace ruidos raros. Como si fuera a nacer del techo una lluvia monstruosa. O quizás vaya a explotar e irse todo a la recontra mil mierda.

La piba que me gusta tiene un tapón en el oído que impide escucharme.

El subte siempre lleno y me llaman del laburo para apagar un incendio justo cuando estoy entrando a mi casa.

Soy bastante predecible, ese es mi problema.

Ah, estoy resfriado.

Esta semana estaba escrita, Facha, lo sabés. Me lo dijo Macho cuando hablé con él.

Ahora llevo una taza de sopa hirviendo en la mano. La voy a dejar arriba del escritorio mientras termino de escribir. Porque no se puede caer sobre mis piernas. Simplemente no puede pasar. ¿O si? ¡NO PUEDE PASAR!
Voy a quitarme las manchas y a pasarme manteca sobre las quemaduras.

No hay comentarios: